Artículo 3: Qué es sentir compasión hacia uno mismo
«La consciencia de malestar es el detonante de la compasión. He ahí la semilla para cultivar un estado compasivo hacia uno mismo y los demás».
Mirando hacia el interior, se puede decir que sentir compasión por uno mismo no es ser débil, no es sentir lástima por uno mismo, no es hacerse la víctima, no es poner pretextos, no es sentirse menos, no es condicionarse a ser conformista, ni tampoco es una forma de ser egoísta. Entonces, ¿Qué es sentir compasión hacia uno mismo?
La autocompasión
Paul Gilbert, Psicólogo clínico, establece que «La compasión es un sentido básico de cuidado que incluye la sensibilidad y apertura hacia el sufrimiento propio y de los demás, aunada a la intención genuina de intentar aliviarlo y prevenirlo». Pues, esa intención no solo se queda en la mente sino que también trasciende a las acciones.
Basándonos en la definición anterior, la autocompasión vendría a ser aquella compasión que está dirigida hacia uno mismo. De igual modo, en la autocompasión se pueden distinguir tres aproximaciones: 1) Ofreciéndonos contención; 2) Enfocándonos en valores; y 3) Cultivando una relación distinta con nosotros mismos.
» Aproximaciones de la compasión hacia uno mismo
Estas se dan de la siguiente manera:
- Ofreciéndonos contención.- Disminuyendo la resistencia al dolor y ofreciéndonos una actitud de calidez y acompañamiento en el malestar.
- Enfocándonos en valores.- Identificando las causas del malestar y renunciando a ellas. Así como, identificando las causas del bienestar y eligiendo lo que más nos nutre. Esto implica conectar con nuestros valores más profundos y actuar en consecuencia en la medida de lo posible.
- Cultivando una relación distinta con nosotros mismos.- Disminuyendo la crítica en nuestras conversaciones internas al conectar más con la vulnerabilidad, lo cual fortalece el auto aprecio.
En efecto, para crecer como personas es necesario desarrollar la capacidad de conectar con nuestra compasión; aunque, a su vez, esto implique el coraje de descender a las profundidades de la realidad humana.
Igualmente, ser compasivos puede resultar algo difícil de lograrse debido a las barreras que se forman en la mente; las mismas que son dominadas por el miedo.
» Barreras que impiden cultivar la compasión
Estas barreras son las siguientes:
- Siento que no merezco ser amable conmigo misma(o).
- Para tener éxito en la vida, pienso que se debe ser dura(o) en lugar de compasiva(o).
- Prefiero no saber cómo se siente ser amable y compasiva(o) conmigo.
- Cuando se trata de sentir amabilidad y cariño hacia mí, hay una sensación de vacío.
- Temo que si empiezo a sentir compasión y cariño por mí misma(o) habrá una sensación de pérdida y dolor.
- Pienso que si se practica más la amabilidad y menos la auto exigencia, los estándares de rendimiento caerán.
- Temo que si soy más autocompasiva(o), podría convertirme en una persona débil.
No obstante, en el interior de cada persona se halla la capacidad de recuperar su equilibrio tras un suceso retador; donde las emociones como la felicidad, la alegría y la compasión producen respuestas de sublime calma. Y eso favorece tanto la resiliencia como la adaptabilidad.
En ese sentido, cultivar la compasión hacia uno mismo y los demás no solo nos permite incluir una acción destinada a reducir la angustia o el dolor presente para así restablecer el equilibrio; sino que también nos permite incluir la empatía en sus dos formas, es decir, cognitiva y emocional.
Por eso, la compasión abarca atención plena, amabilidad, conexión y corazón abierto. Entonces…
¿Qué es sentir compasión hacia uno mismo?
Sentir compasión hacia nosotros mismos, es:
- Ser amables con nosotros mismos cuando las cosas resultan difíciles.
- Conectar con el malestar y con el deseo saludable de prevenirlo o aliviar sus causas.
- Comprender que los contratiempos, las situaciones adversas, el dolor y el sufrimiento que podamos experimentar forman parte de la propia naturaleza humana dentro del círculo de la vida; y que eventualmente los vamos a experimentar, ya sea de manera directa o indirecta.
- Conectar con la amistad que tenemos con nosotros mismos.
- Elegir aquello que nos nutre y nos brinda calma y bienestar.
Y ¿Cómo podemos ser compasivos?
» Ejercicios para cultivar la compasión hacia uno mismo ante situaciones difíciles
Por ejemplo:
◉ Emplea frases que te aporten tranquilidad, como: «yo te cuido»; «eres importante para mí»; «yo estaré aquí cuando más te esté doliendo»; «yo estoy a tu lado»; «yo te amo». Nota que en estas frases te diriges a ti utilizando la segunda persona del singular.
◉ Usa un tono de voz cálido que conecte contigo misma(o) cuando te digas aquellas frases compasivas.
◉ Busca en ti un gesto particular que te haga sentir ternura; y atendiendo a esas sensaciones, di las frases compasivas que has escogido para ti, en el tono de voz que conecta contigo misma(o).
Algunos gestos pueden ser:
- Manos a las mejillas, como si la cabeza estuviera descansando en una cuna.
- Ambas manos sobre el pecho.
- Una mano sobre la otra mano.
- Mano derecha sobre el hombro izquierdo y mano izquierda sobre el hombro derecho.
Estos ejercicios los puedes aplicar como una secuencia de pasos o de manera individual. En cualquier caso, te invito a explorar que frases, tono de voz y gestos contribuyen en ti para generarte una sensación de calma; así como, otros beneficios propios de la compasión.
» Beneficios de poner en práctica la compasión
Aplicar la compasión en nuestro día a día influye en la forma en que nos relacionamos con los demás; y esto genera efectos favorables, tales como:
- Mejora el estado de ánimo.
- Nos brinda la capacidad para tener mayor apertura para reconocer y aceptar las emociones.
- Eleva el rendimiento en las actividades.
- Nos permite aceptar y atender nuestras áreas vulnerables con calidez.
- Resguarda nuestra autoestima.
- Nos convierte en seres compasivos y resilientes.
Ahora, con esta mirada acerca de qué es sentir compasión hacia uno mismo, te invito a aplicar la compasión en los momentos que consideres más adecuados para ti; siempre respetando tu propio ritmo, tiempo y límites.
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Hasta la próxima.
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